jueves, 27 de noviembre de 2014
Grillos, grillos, grillos
A nadie se le ocultan los conciertos que los grillos campestres (Grillus Campestris) interpretan en parques y jardines a la llegada del buen tiempo. Algunas veces su canto es melódico y acompasado, en tanto que en otros momentos semeja una cacofonía desaforada... ¿A qué es debido este fenómeno?
Sencillamente, el metabolismo de los grillos (causa
principal del característico "cric-cric") es sensible a los cambios
de temperatura, ya que estos insectos no son capaces de autorregular su
temperatura corporal, a diferencia de los mamíferos. Los grillos macho utilizan
los chirridos como parte de su cortejo sexual a los grillos hembra, que no
pueden producir dicho sonido.
El químico físico suizo Svante August Arrhenius (1859-1927)
llegó en 1889 a la expresión matemática que relaciona exponencialmente la
velocidad de una reacción química con la temperatura a la cual se desarrolla.
Sencillamente, cuanto mayor es la temperatura, mayor es la velocidad de
reacción; y viceversa: cuanto menor es la temperatura, menor es la velocidad de
reacción.
El metabolismo de los grillos puede ser considerado como una
cadena de reacciones químicas, y por tanto manifiesta sensibilidad a los cambios
de temperatura. Si la temperatura del entorno es elevada, como es propio del
tiempo veraniego, los chirridos de los grillos aumentan su frecuencia. Esto no
es ni más ni menos que una verificación perceptible de la ecuación de Arrhenius
antes citada.
Pues bien, se ha podido encontrar la expresión matemática
que relaciona la temperatura con la frecuencia del chirrido de los grillos y
que da fe de la precisión de los grillos como indicadores de los cambios de
temperatura del aire circundante, esto es, como termómetros. Para la escala
centígrada, la expresión matemática adopta la siguiente forma:
Temperatura del aire (°C) = (n° de chirridos por minuto/5) +
9
El principal inconveniente es conseguir contar de forma
precisa todos los chirridos emitidos por el grillo en el espacio de un minuto.
Por ello se recomienda realizar dicha cuenta para un intervalo de 10 segundos y
acto seguido multiplicar por 6 el resultado; así, de forma más cómoda,
tendremos computado el número de chirridos por minuto.
¿Alguien se plantea cambiar el tradicional termómetro de
mercurio por un simpático grillo? Yo creo que aunque el grillo sea un
instrumento más fiable para medir la temperatura, seguiré utilizando el
termómetro de mercurio cuando me ponga malito.
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